Lava tu camisa como lo haría tu abuela.

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Evito la generación de madres, no me quieren, solo porque  nuestras abuelas no tenían todos los detergentes químicos disponibles en la actualidad.

Lavar la ropa era un evento para compartir. Íbamos juntos al río o en las "lavanderías" del pueblo donde los arroyos eran lavadoras naturales, armadas con jabones naturales o cenizas mezcladas con agua, cantábamos todos juntos al ritmo de la  frotamiento de paños.

Quién sabe cuál es el olor de la ropa colgada al viento y al sol.

Romance aparte, aconsejo a todos que se remonten un poco a los orígenes, en busca de detergentes naturales que no dañen ni el medio ambiente ni  a nuestra piel y ni siquiera a los mismos tejidos, pero que mantengan todo en su mejor momento.

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También usamos la lavadora mágica, que a mí me encanta, pero con lavados con agua fría y tiempos cortos.

Un lavado de 30 grados durante 30 minutos mantendrá  los colores y fibras en excelentes condiciones durante mucho tiempo, con el fin de  usamos a menudo nuestra camisa favorita.

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Lave su camisa del revés y cuando esté seca, planche siempre del revés, evitando quedarse demasiado tiempo en el estampado con el calor de la plancha.  

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